La vida de los niños y adolescentes tuvo gran afectación por la pandemia y los confinamientos estrictos, que no les permitió asistir a las aulas de clases, los parques, y evitar el contacto social. Muchos padres de familia, permitieron que sus hijos dejaran de estudiar para dedicarse a labores domésticas o a realizar trabajos difíciles para un menor de edad, que muchas veces terminan en explotación infantil.
En los últimos años, se identificaron 44.485 menores, entre los 5 y 17 años de edad, que se dedican a trabajar en actividades que pueden poner en riesgo su integridad como niños.
“El trabajo infantil es evidente y alarmante en Bogotá, sólo es recorrer las calles, plazas de mercado, pasajes comerciales, o parques principales para ver a cientos de niños y adolescentes trabajando, sin que las autoridades intervengan”, indicó la concejal Diana Diago.
Se tienen identificados 3.410 niños realizando oficios en sus hogares. No están jugando, están desarrollando actividades domésticas por más de 15 horas a la semana. “Este panorama seguramente empeoró durante la pandemia porque los menores han permanecido más tiempo en la casa y muchos no tuvieron la oportunidad de tener clases virtuales”, señaló la Cabildante.
Quien hizo un llamado al Distrito para que prenda las alarmas ante esta situación y priorice las localidades de Bosa, Kennedy, Usme y Ciudad Bolívar que son las zonas en las que se reporta una mayor proporción de niños y adolescentes trabajando en las calles y realizando oficios en el hogar.
La concejal Diago también alertó sobre la falta de afiliación al sistema de salud de más de 11.000 niños y adolescentes. “En solo Kennedy, Ciudad Bolívar, Usme y Bosa está el 48,2 % menores de edad sin afiliación. ¿dónde está la tropa social para proteger a estos niños?”, cuestionó.
Finalmente, propuso que se afiancen alianzas intersectoriales para incrementar la oferta de servicios del Distrito para proteger los derechos de los niños en la ciudad e incluir acciones que garanticen el proceso de trabajo adolescente protegido.
