[Bogotá D. C., 18 de octubre de 2020] El ‘Plan Marshall’, propuesto por la alcaldesa de Bogotá, la señora Claudia López, que tiene como objetivo la reactivación económica de la ciudad, no reactiva nada. Se trata de una reforma tributaria para poder ejecutar su plan de desarrollo, el cual esta desfinanciado tal como lo advirtió en su momento la Contraloría de Bogotá, esto además de ser un plan de alivios sectorizado.
Los ciudadanos de Bogotá necesitan menos impuestos para tener liquidez, gastar más dinero y así poder activar la economía de la capital, lo que implica una política de generación de empleo que responda a las necesidades del mercado, fortalecer el tejido empresarial y, por supuesto, cerrar brechas de desigualdad. En tal virtud, he presentado una serie de propuestas ante el honorable Concejo de Bogotá que plantean los siguientes aspectos:
Por un lado, implementar el pago por cuotas del impuesto predial de forma indefinida para todos los predios de la ciudad. Esta medida permitirá que todos los sectores afectados por la pandemia, incluyendo los que incluso siguen sin reactivación, se puedan poner al día con esta obligación. Adicionalmente, que se congelen los intereses de mora correspondientes al año 2020, medida que responde principalmente a atender a todos los ciudadanos que no pudieron pagar sus impuestos porque perdieron sus empleos, vieron reducidos sus ingresos y otros efectos que ha dejado esta pandemia. Además, propongo una aclaración en que los recursos de los fondos de desarrollo local sean dirigidos a las empresas que tengan su domicilio de la misma localidad
Así mismo, resulta indispensable hacer una reevaluación de los incrementos al impuesto de industria y comercio del sector farmacéutico y de las telecomunicaciones. El cobro del mismo no puede afectar a las empresas que han contribuido a que la economía de la ciudad no se desplome y que pueden seguir siendo una gran fuente de empleo.
Por otro lado, los incentivos de formalización empresarial deben aplicarse desde el año 2020. No es justo que todos los emprendedores que iniciaron sus proyectos en este año tan complejo, y que han logrado sobrevivir con mucho esfuerzo a esta crisis económica, no reciban los mismos beneficios que quienes están proyectando hacerlo.
Finalmente, las exenciones a colegios y jardines deben beneficiar a toda la clase media bogotana. Por supuesto que estamos de acuerdo con los aportes que se realizarán a las instituciones educativas de los estratos uno y dos; sin embargo, los esfuerzos deben dirigirse en igual proporción a los sectores de la clase media, es decir los estratos tres y cuatro, quien son la mayor población de la capital y que realizan un gran aporte en la economía de la capital.
Es claro que la pandemia por la COVID-19 ha afectado a todo el planeta y Colombia no está exenta de esta realidad. Ahora bien, el escenario es todavía más complejo para Bogotá. Una ciudad con las cifras de desempleo más alta del país, de acuerdo por lo expresado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE). Por esta razón, a través de las propuestas presentadas, considero que se incluyen los sectores que fueron marginados en el ‘Plan Marshall’, propuesto por la señora alcaldesa.