Los Embera, que están ocupando el Parque Nacional, llevan siete meses en condiciones infrahumanas, y a la fecha no hay soluciones de fondo, la Administración Distrital y el Gobierno Nacional no logran acuerdos con esta población para que regresen a su territorio.
Esto ya no solo es un problema humanitario, es un problema político. Lamentable lo que sucedió anoche: daños y afectaciones al comercio y a la infraestructura de la ciudad por desmanes en las protestas que los indígenas protagonizaron. Esta administración no puede ser permisiva ante los hechos vandálicos, ni con la delincuencia, aseveró la concejal Diana Diago.
Rechazó enfáticamente que los niños Embera fueran utilizados como escudos para hacerle daño a la ciudadanía, como se evidenció en diferentes medios de comunicación, la afectación a más de treinta personas heridas entre indígenas, funcionarios y policías, y la retención de vehículos. ¿Dónde está el estado?, cuestionó la Concejal.
La falta de autoridad en Bogotá es evidente y esta situación es una muestra más. Se necesita firmeza para judicializar este tipo de conductas, argumentó.
También señaló que la mendicidad de esta población aumentó, ya no tienen recursos, toda vez que los subsidios se suspendieron por su carácter transitorio y esto se refleja en las condiciones deplorables en las que se encuentran. Los vecinos del sector denuncian la presencia de niños en las calles semidesnudos, mal alimentados, aguantando el frío de la ciudad, habitando bajo plásticos negros, en un campamento improvisado.
Si bien hay procesos judiciales en curso, es importante insistir en buscar soluciones que permitan un acuerdo pronto, que beneficie realmente a los indígenas, y a la ciudadanía que también quieren regresar al Parque, añadió la Cabildante.
La Alcaldesa debe reunirse, así como lo hizo con los moteros, con los líderes indígenas y el gobierno nacional, no hay que darle mas largas a esta situación, puntualizó la concejal Diago.