En la Comisión de Gobierno se discutió el proyecto de acuerdo que busca reformar el reglamento interno del Concejo de Bogotá. En el documento radicado se metió un orangután que quiere pasar de agache: la asignación de gastos de viajes para los concejales dentro y fuera de la ciudad. Ante esto, la concejal radicó una proposición para eliminar este parágrafo.
La modificación del reglamento interno del Concejo de Bogotá es una acción necesaria para mejorar el funcionamiento de la corporación, sin embargo, algunos artículos han generado polémica como el 111, que busca asignar gastos de viaje a los concejales para su asistencia a comisiones dentro y fuera de Bogotá, un paso contradictorio con los principios de austeridad.
Ante esto, la concejal Diago reiteró su desacuerdo con este artículo, tal como lo expresó en su cuenta de X:
“¡Atención Bogotá! En la propuesta de reforma al Reglamento Interno del Concejo, que se debatirá mañana, se metió un Orangután. Hay un artículo que le abriría la puerta al pago de los viajes de los concejales con recursos públicos. Hasta hoy, cada concejal ha asumido sus propios gastos de desplazamiento, y eso nunca ha sido un obstáculo para cumplir con nuestras funciones. Pretender que ahora el erario cubra esos costos sería un retroceso ético y un golpe a la austeridad que la ciudadanía exige. Por eso, presentaré una proposición para suprimir ese parágrafo y evitar que se cree un nuevo beneficio injustificado”.
Por esta razón, la concejal presentó una proposición para eliminar este artículo del proyecto de acuerdo justificando 4 puntos clave:
- La Ley 2641 de 2025, en su artículo 6°, establece que los concejos municipales “podrán” pagar los gastos de viaje de sus miembros, por lo tanto, los concejos son quienes deciden si acogen esta iniciativa, y, bajo el concepto de la concejal Diago, no hay razones para que el Concejo de Bogotá reciba estos privilegios.
- El Concejo de Bogotá, en su condición de corporación en un municipio-distrito de categoría especial, dispone de las asignaciones salariales más altas del país para sus miembros al año, a diferencia de los municipios pequeños, donde los honorarios de los concejales no son suficientes para cubrir esta clase de gastos.
- La modificación implicaría un mensaje contrario a los principios de austeridad, eficiencia y responsabilidad en el uso de los recursos públicos.
- Incorporar un gasto adicional en un contexto de limitaciones presupuestales en áreas prioritarias como movilidad, seguridad y programas sociales, podría interpretarse como un retroceso ético y una señal de desconexión frente a las demandas de transparencia y eficiencia que exige la ciudadanía.
“Esto es el colmo. Hasta la fecha, los concejales han asumido los gastos de desplazamiento oficiales con recursos propios, sin que ello haya afectado el cumplimiento de las funciones ¿por qué asignaríamos recursos para esto cuando la ciudad necesita recursos por ejemplo, para fortalecer la seguridad?” mencionó Diago.
Esta discusión revive la denuncia realizada por Diago en 2024, cuando se aprobaron nuevas vacantes para los equipos normativos de los concejales, decisión que le costaría a los bogotanos más de 3.000 millones de pesos al año.
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