La pandemia ha dejado consecuencias difíciles para la ciudad, entre ellas, el aumento de la mendicidad infantil, porque ante las dificultades económicas de muchos hogares, estos encontraron en las calles una alternativa para pedir dinero junto a sus hijos o en algunos casos, fueron las niñas y los niños quienes lo están haciendo por su parte.
La vida de los niños y adolescentes tuvo gran afectación por la pandemia y los confinamientos estrictos, que no les permitió asistir a las aulas de clases, los parques, y evitar el contacto social. Muchos padres de familia, permitieron que sus hijos dejaran de estudiar para dedicarse a labores domésticas o a realizar trabajos difíciles para un menor de edad, que muchas veces terminan en explotación infantil.
Un fenómeno que parece no tener fin en la ciudad es el trabajo infantil, el cual afecta a cerca de 5.000 niños y adolescentes. “Cuando se transita las calles de Bogotá es evidente el incremento de niños limpiando vidrios, vendiendo dulces, reciclando o pidiendo dinero. Se requiere una intervención urgente”, manifestó la concejal Diana Diago.